lunes, 22 de marzo de 2010

Poemas al médico*


Más perdido que huevo en ceviche, más despistado que cuy en tómbola, más desubicado que Adán den día de la madre; con ustedes, Católicas por el derecho a decidir. ¿Católicas por el derecho a decidir? Sí, existen, y hasta tienen una Red Latinoamericana que promocionan desde su sitio web**.

Se presentan como un“movimiento autónomo de personas católicas” que promueven los derechos de las mujeres con énfasis en lo que se refiere a la sexualidad y reproducción humana. Cuando uno indaga por el “Qué pensamos”, se da con la sorpresa que este grupo afirma, entre otros dislates, “El pensamiento teológico que reconoce la validez moral de las decisiones tomadas por las mujeres en el campo reproductivo, desculpabilizando a las mismas incluso cuando deciden abortar.”

Bueno, pero si piensan lo que piensan y afirman lo que afirman, ¿cuál es el problema? ¿por qué no dejarlas ser? ¿en qué me afecta su presencia? Que cada quien piense lo que quiera, cómo no, de lo contrario podríamos encontrarnos frente a escenarios de represión como el que se dio en México durante el gobierno de Plutarco Elías Calles (1926) frente a los Cristeros***. El problema surge cuando con la bandera del pensamiento en la mano, se empieza a sembrar el caos y la confusión.

Seamos católicos o no, la Iglesia Católica tiene una postura clara sobre el aborto. La Iglesia Católica puede decir A, y yo puedo decir B, lo que no se entiende es que yo afirme que B -y no A- es la postura de la Iglesia Católica. Veamos.

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En su sección "El derecho a decidir", este grupo de católicas ensaya una suerte de catequesis que vale la pena comentar. Como católica, me gustaría saber qué enseña la Iglesia sobre el aborto:

“La Iglesia Católica como institución enseña que el aborto es moralmente malo en toda circunstancia. Esto no está basado en la idea de que el feto ya es una persona. La Iglesia Católica no tiene una doctrina firme sobre cuándo es el momento en que el feto se convierte en una persona. Por lo tanto, esta enseñanza nunca ha sido declarada infalible por el papa.”

Precisamente el Papa, a quien mencionan estas católicas, en 1995 publicó la Carta encíclica Evangelium Vitae****. Habría que regalarles una copia de este documento, pues éste es claro al señalar en su numeral 58 que: “(…) ninguna palabra uede cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento.”

Pero estas “católicas” van más allá, y agregan sobre este mismo punto que:

“La Iglesia Católica no se limita al papa y a los obispos. Incluye al pueblo de Dios. Los sacerdotes, los teólogos y teólogas, los laicos y laicas trabajan juntos para desarrollar las enseñanzas de la Iglesia. Muchos teólogos y teólogas y laicos y laicas piensan hoy en día que el aborto puede ser una decisión moral y que la conciencia de cada persona es finalmente el árbitro para tomar una decisión sobre el aborto.”

Sin embargo, el Catecismo de la Iglesia Católica***** (documento que tampoco les vendría mal revisar) señala que “A los Apóstoles y sus sucesores les confirió Cristo la función de enseñar, santificar y gobernar en su propio nombre y autoridad” (numeral 873), y por supuesto, esto “(…) bajo el primado del Papa.” (numeral 881). Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Quién define qué enseña la Iglesia Católica sobre el Aborto? ¿Un presunto grupo de Teólogos y laicos, o el Papa?, este último quien sí tiene una “doctrina firme” sobre el aborto.

Continuemos. ¿Me excomulgarán si tengo un aborto? Las (¿)católicas(?) responden:

“La Ley Canónica de la Iglesia Católica en la actualidad establece que cualquiera que cometa el pecado del aborto queda automáticamente excomulgado de la iglesia. Para cometer el pecado del aborto, la persona tiene que pensar que cometer un aborto en su caso en particular, (…) es un pecado contra Dios. (…) Si la persona examina cuidadosamente su conciencia y luego decide que un aborto es el acto más moralmente aceptable que podría realizar en ese momento determinado, entonces esa persona no estaría cometiendo un pecado.”

Oh my God!. ¿Qué hacemos con estas (¡¿)católicas(?!)? Nuevamente la Carta Encíclica Evangelium Vitae viene a nuestro rescate. Señala en su numeral 62 que: “(…) la nueva legislación canónica (…) sanciona que «quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae»,(70) es decir,automática. La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido:(71) con esta reiterada sanción, la Iglesia señala este delito como uno de los más graves y peligrosos (…)”

La doctrina católica (la verdadera) no se anda con tibiezas: el aborto es uno de los actos “más graves y peligrosos”, y ésto la Iglesia Católica no lo somete a deliberación alguna, al punto de ser tajante con la sanción: excomunión automática si se conoce la pena.

Un poeta hace poemas, no recetas médicas, y un católico defiende la vida desde la concepción (unión del espermatozoide y el óvulo) hasta su fin natural. Cualquier doctrina que vaya en contra de esto, simplemente NO ES DOCTRINA CATÓLICA, que eso quede claro. No me vengan pues con cosas raras, no le pidan poemas al médico.

* Texto e imágenes extraídos de:

http://blogs.hazteoir.org/davperu/2010/03/22/poemas-al-medico/

** http://www.catolicasporelderechoadecidir.org/

*** http://www.corazones.org/diccionario/cristeros.htm

**** http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae_sp.html

***** http://www.vatican.va/archive/ESL0022/_INDEX.HTM

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lunes, 8 de marzo de 2010

Veneno desde las Naciones Unidas*

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“Todo lo que ustedes ven y miran no es una casualidad. Todo está fríamente planificado, y fríamente calculado.” Amparo Medina, de 43 años de edad, madre de 3 hijos y presidenta de la Red Pro Vida de Ecuador, militó en grupos de la izquierda radical, fue guerrillera, luchadora pro aborto y ex funcionaria del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Hoy ponemos a su disposición, su invaluable testimonio.

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“Cuando en el año ‘95 y ‘96 nos reunimos en las Naciones Unidas todos los consultores de las Naciones Unidas para empezar a trabajar la salud sexual reproductiva y la perspectiva de género en nuestros países, sabíamos exactamente qué es lo que hacíamos (…)” Amparo Medina señala que la estrategia para implantar el aborto en América Latina giró en torno a tres ejes:

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1. Maestros de escuela, a través de Ministerios de Educación.

2. Médicos, a través de Ministerios de Salud.

3. Políticos y asesores de políticos.

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Los dos primeros puntos se darían de forma simultánea. Para ello, se recurrió a un chantaje económico: “Íbamos a entregar recursos económicos a los ministerios y a los gobiernos a cambio de que nos permitan implementar la salud sexual reproductiva y el género, pero a cambio de eso ellos tenían (…) que poner a nuestra disposición a todos sus médicos y a todos sus maestros (…)”. Luego, se iría al paso 3 (políticos y sus asesores) para instruirlos en cómo aplicar este proceso en las leyes de sus países.

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Para ello, se inventaban procesos “democráticos” en los que se reunía a un grupo de personas a quienes se inducía a que redacten en sus conclusiones, que era necesario implantar la salud sexual reproductiva y la perspectiva de género en sus países de origen. De este modo, los funcionarios de la ONU podrían acudir a los políticos diciendo que era la propia población, y no las Naciones Unidas la que reclamaba políticas abortivas, preservativos, etc. “Estos son los artículos y las leyes que ustedes tienen que imponer en su país.”

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Para asegurar el éxito de estas propuestas, se busca conformar componendas políticas, de forma que generalmente los pro homosexuales son también feministas, y éstos también son ecologistas, y a su vez indigenistas. Para facilitar este proceso, se recurre al género gramatical.

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En el lenguaje se asigna un género a las cosas: masculino, femenino o neutro. La mesa es femenina, pero no tiene alguna característica biológica que la defina como tal. En tal sentido, bien podría tener cualquier género, pues se trata de algo convencional. Esta lógica se lleva al ser humano, de forma que para la definición de su sexualidad, el componente biológico ya no es un referente, y al asociar la sexualidad al “género”, uno puede ser cualquier cosa, pues el género (masculino, femenino, o neutro) no es sino una convención, una construcción social.

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Así, con la manipulación del lenguaje, se busca recurrir a términos ambiguos para facilitar que la gente asimile determinadas ideas, que de tanto ser repetidas, asume como ciertas. Por ejemplo, el aborto ya no es el homicidio de un hijo, sino la interrupción voluntaria del embarazo. Finalmente, luego de invadir el arte, la educación, la literatura, los medios de comunicación, etc., y de ser asimilados por la población como algo natural, éstos términos son plasmados en la legislación.

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Se calculaba empezar con este proceso en el año 1995 con las instituciones, pasar al campo social en 1998, y en el 2008 tener las leyes necesarias para poner en marcha todo este cambio. “Lo hemos logrado (…) les hemos convencido a todos de pensar igual que nosotros (…)”.

La advertencia está latente: “Se calculaba que para el 2015 en todos los países de américa latina estaría totalmente legalizado el aborto”. Gracias al esfuerzo de algunos grupos, es una de las metas que no se está cumpliendo.

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¿Qué se gana con todo esto? Amparo Medina, en otra oportunidad señaló que:

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“Hay tres fines fundamentales. El primero es el control natal. Les permite el manejo de recursos en América Latina, tanto del agua cómo el oxígeno. Lo segundo, es que una población con chicos que viven la sexualidad como si fueran animalitos, que no tienen control sobre su carácter, es una población fácil de manipular. El tercer punto, el más importante, es el avance del “millon sex” (los millones del sexo). Es una empresa gigantesca. Al vender sexo te venden pornografía, prostitución, anticoncepción, aborto, y hasta bebés abortados, inclusive por internet, para sacarles el colágeno con los que elaboran cremas y champú; también para hacer investigaciones en farmacéuticas. Varios médicos se vuelven millonarios vendiendo y haciendo abortos. El aborto más barato cuesta US$ 60. En Estados Unidos se realizan más de 1 millón de abortos al año y cuestan US$ 300 cada uno. La pastilla de emergencia la compras a US$ 0,25 y la vendes a US$ 8. Los dispositivos intrauterinos (DIU) los puedes encontrar a US$ 2 o 3 y te ponen por US$ 25 a 30. La International Planned Parenthood Federation (IPPF) (Federación Internacional de Planificación de la Familia), la que más vende anticoncepción y aborto en América Latina, en el 2007 ganó US$ 77 millones.”

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- *Texto e imágenes extraídos de:

http://blogs.hazteoir.org/davperu/2010/03/08/veneno-desde-las-naciones-unidas/

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- Se puede ver el testimonio completo en:

http://28septiembreesvida.blogspot.com/2009/10/estrategia-de-confusion-en-america.html

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